¿Qué
peor que un visto? Estar entusiasmada en una conversación y que de pronto
aparece un
“visto a las … ”, te tratas de convencer que la otra persona fue a hacer cualquier cosa, menos alejarse de tu conversación, pero inevitablemente comienzas con cuestionamientos: entonces no sabes qué dijiste, qué hiciste o qué no dijiste.
“visto a las … ”, te tratas de convencer que la otra persona fue a hacer cualquier cosa, menos alejarse de tu conversación, pero inevitablemente comienzas con cuestionamientos: entonces no sabes qué dijiste, qué hiciste o qué no dijiste.
Hay tres situaciones en que un “visto” se vuelve una tragedia.
Una de la madrugada, con un sueño que haría que babearas sobre el teclado de tu computador y un largo trabajo por entregar. Están a punto de terminar, acudes con desesperación a tus compañeros, ya que lo único que necesitas es “copiar y pegar” la parte de uno de ellos e imprimir y justo en este momento recibes un acogedor visto. Tu cara se desfigura y tratas de mantener la calma, para que esos improperios se queden guardaditos muy dentro de ti. Así corre el tiempo y con mucha suerte ese visto cambia a escribiendo rápidamente, sino prepárate, anda a buscar un rico café, porque será una linda noche de trabajo.
La
segunda situación en que la espera para una respuesta se vuelve eterna, es
cuando tienes que hablar un tema “polémico” con una amiga(o). Has pensado cómo
plantearlo, incluso –si eres muy matea- lo ensayaste. Inicias la conversación
de manera muy cordial, creando ambiente. Tomas valor y se lo dices, algo pasa y
la comunicación se detiene. En este momento, dices ‘la cagué’. “No era el momento”,
“mejor hubiese esperado”, “¿Si mejor me retracto?”. Todo eso en tu cabeza. Si
tu querida amiga (o) estaba de buen humor entonces la respuesta está pronta a aparecer, sino ese
visto se puede prolongar por semanas.
Pero sin duda algo que le ha pasado a todos es
aquel “visto” que viene de tu Romeo o Julieta. Sí, porque no hay nada más
incómodo y generador de ‘pasadas a rollo’ que frente a un comentario importante
hacia tu amorcito, en vías de …, “peor es nah’”, "Pierna
peluda/depilada" o el querido ‘ex’ , este guarde silencio. Si es complicado en
persona, imagínense cuando no puedes ver los gestos del otro. Pero pongamos las
cosas en su balanza, si este visto dura unos minutos es entendible. Cuando son
horas, tal vez el susodicho(a) tuvo que ir a hacer un trabajo o darle comida a
su perro. Pero cuando este incómodo ‘visto’ dura semanas… ¡Semanas! , tus
neuronas colapsan al tratar de encontrar una justificación, hasta que te das
cuenta que sólo existe una. LA CAGASTE, así tal cual sin mayores preámbulos.
¿Quién no ha dicho algo fuera de lugar?. Frente a este rechazo cibernético decides
no verlo ni vestido de Galán de telenovela mexicana. La otra opción es omitir su ventana de conversación, para
demostrar indiferencia aunque el no tenga la menor idea y conformarte con un
ocioso pero útil, psicopateo. Ahora recuerda algo muy importante: Quien se va
sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen.
Facebook
por si solo genera comenzar a fijarse en detalles bastante curiosos, por llamarlos de alguna
manera. Desde los estados que te informan de la vida de los otros, sugestionarse
con las publicaciones en el muro, tomar
las frases de acción poética como lemas de vida y los famosos ‘Visto’.
Si se
han terminado relaciones por estos últimos en Whatsapp, por qué no en facebook, más que mal Facebook se ha transformado en una parte de nosotros.